Llegó julio, llegó el tiempo de coger unos días de vacaciones, de desconexión, tan necesaria. De desconexión, pero no de descanso, porque en esta aventura decidimos hacer una escapada de 3 días a Oporto. Sólo una mochila a nuestras espaldas (aunque hay personas que llevan bolso, para llevarlo bajo el brazo ó se lo dan a los demás que guarden sus pertenencias.. jejejeje).
Como viene siendo costumbre en nuestras escapadas anuales, tres días puede ser igual a lo que se ve casi en una semana, nos gusta todo, queremos ver todo... aunque hay que saber disfrutar de cada sitio y su encanto.
Siempre nos gusta mezclar naturaleza, árboles, respirar aire puro, así que vemos que a una hora y cuarto aproximadamente de Oporto, hay una pasarela, pegadita a un río, ideal para un paseo y un baño refrescante.
Así hacemos, alquilamos un coche, la conductora un poco disgustada, el coche se le va solo, que viaje me dió...pero llegamos a nuestro destino.
Los Passadiços del Paiva se encuentran en la margen izquierda del río Paiva, en el municipio de Arouca, Portugal, unas escaleras de madera de unos 8'7 kilómetros que se pueden hacer en dos sentidos.
Esta preciosa ruta portuguesa ha ganado cuatro premios World Travel Awards, los conocidos como Oscars del turismo. Reconocido como patrimonio de la UNESCO.
Son 8 kilometros que ofrecen un paseo por pasarelas de madera, 500 escaleras y los más atrevidos cruzar uno de los puentes colgantes más largos.
RUTA ENTERA
De Areinho a Espiunca
Distancia: 8'7km (lineal) solo ida
Duración: 2 horas y 30 m
Nivel de Dificultad: Alto
Desnivel: 200m.
Temporada Recomendada: Todo el Año ( evitando las horas de calor)
Está prohibido la entrada de animales
En cada sitio de comienzo, hay parking, playa fluvial, y algún chiringuito donde tomar algo. A nosotros nos recomiendan que comencemos en Areinho. El sitio de comienzo precioso.
La entrada es de pago pudiendo escoger: solo pasadizos o bien pasadizos y un puente colgante.
Compramos las entradas por internet, 2 euros por persona, con el puente sería otro precio diferente.
Y comenzamos la ruta. Los pasadizos no tienen dificultad, nosotros vimos a niños hacerlo, pero si es verdad, que nos esperan cientos de escalones, queda cada cual hará a su ritmo y con sus respectivas paradas.
En el caso de hacer la ruta entera recomiendan empezar en Areinho hacia Espiunca es menos exigente a nivel físico, las mil escaleras son de bajada. Si se inicia desde Areinho, tener en cuenta que la primera parte hay un millón de escaleras en bajada para bajar a la altura del río y seguir por las pasarelas.
Si no se quiere hacer completa, se puede hacer algun tramo(mejor aparcar en Espiunca si solo se quiere hacer un tramo).
Que vistas más bonitas, que dices escalones, vamos subiendo y subiendo, y subiendo....Vamos viendo el puente colgante, el mas largo de Europa, llegamos a la playa fluvial de Vau, muy bonita para hacer una parada y refrescarse y ver otro pequeño puente colgante. Un sitio espectacular...para mí claro!
Nos encontramos el desnivel solo al principio, el resto es bastante llano. La parte final vemos el río con sus pequeños saltos de agua, y nos aproximamos al final del recorrido. Nos espera una Súperbock fresquito y un bocata de chorizo en un chiringuito al lado del río. Que agusto y que agujetas mañana, jejejeje.
Al final del recorrido Espiunca, hay taxis que nos llevan al inicio de ruta, para no tener que ir de vuelta y evitar los escalones, por 17 euros que compartimos con otros senderistas.
Hemos llegado de nuevo a la playa fluvial de Areinho, nos relajamos y nos refrescamos, un baño que sienta fenomenal tras el calor de la ruta y el cansancio de las piernas.
Hemos disfrutado mucho, hemos hecho nuestra ratito de campo, un kit kat en medio de nuestra visita a la ciudad de Oporto.
Vaya viaje con anécdotas, con tiempo poco veraniego, con lluvia y con chanclas, mojandonos con una copa de vino(papá do Figo, muy recomendable )en el mirador del Morro, pelo empapado, risas, algún enfado...perdemos cosas por ahí, vamos siempre corriendo, retrasos, visitas al mar, visita también a Aveiro, nuestra meia leite, los fuegos artificiales dedicados, acrobacias en la calle...nos encantó Oporto!!
¡¡Siempre nos quedará nuestro atardecer lluvioso en Oporto!!