Aprovechando nuestra estancia en La Rioja, cogemos mochila, bastones, botas y salimos al monte. Hace un día magnífico de otoño.
Escogemos la subida al bonete de San Tirso, muy conocida en la zona por su peculiar forma. Tiene una altitud de 1276 metros y se encuentra en la Sierra de Cantabria, en la Rioja-alavesa.
Dejamos el coche a la salida del pueblo Kripan y justo enfrente, cogemos un sendero señalizado.
Es un sendero circular, de unos 12 kilómetros, asequible para todas las edades. Según vamos subiendo, el paisaje se va transformando, robles, enebros, hayas, nos acompañan durante todo el recorrido. Y el colorido de tonos verdes, amarillos, dorados, rojizos, mantas de hojas en el suelo que amotiguan cada paso que damos, hacen de nuestro paseo algo único. En la cima, visitamos la ermita de San Tirso, excavada en la roca, y con unas magníficas vistas de la zona.
Tardamos unas 3 horas, en hacer el sendero completo. Como merecido premio, acabamos la ruta en Laguardia, con un buen vino de la zona y un pintxo.
Mil gracias a nuestra guía, que ha hecho de nuestro recorrido por tierras riojanas, un deleite para nuestros sentidos. Nos ha enseñado rincones, sabores, historias, olores, lugares, que nos serán difíciles olvidar.
¡Habrá que volver!