Aún con pronóstico de lluvia, que amenaza, nos disponemos a hacer el sendero del río Guazalamanco, muy cerquita del pueblo. Buscamos en Google inicio sendero y nos apetece, está bien indicado, y no tiene dificultad el acceso. Tenemos un llano habilitado como parking, donde podemos dejar el coche.
La longitud de la ruta son unos 3 km ida y vuelta, apta para pequeños y mayores, de dificultad baja, y de una gran belleza. Eso sí, el inicio es una pronunciada cuesta, que será la única en todo el recorrido, aún así si volvemos la vista atrás podremos ver el embalse de La Bolera justo detrás, unas vistas preciosas.
Justo cuando acaba la subida, mis encontramos con el Barranco de Guadalentín, con unas vistas maravillosas.
Con una pequeña llovizna, nos vamos adentrando en el sendero dejando el río a nuestra derecha, con pequeños saltos de agua, tramos de más corriente y pequeños remansos de agua. A mí que me encantan los senderos junto a los ríos, disfruto cada momento.
Los niños más pequeños, unos campeones, disfrutan cogiendo palitos, viendo los saltos de agua, viendo nieve en las lindes del camino, saltando en los charcos, a pesar de que alguno iba malito, se portaron super bien.
Los niños mayores aprovecharon para hacer pequeñas expediciones, perderse un poco en el bosque, y llegar a lo más alto de la cascada.
Ya llegando al final, hay un momento de confusión, vemos la cascada final entre árboles, pero no sabemos llegar a ella. Como lleva bastante agua el río tras las últimas lluvias, hay que pisar en piedras, un poco de agua, e ir por el borde izquierdo del río, para llegar al final de ruta. Una preciosa cascada, un lugar de tranquilidad, vida.
Tras un ratito, deshacemos el camino y volvemos al inicio de ruta.
Que agusto se está con personas entrañables, buenas y que te hacen mirar la vida con un optimismo, sencillez y buena energía.
¡Gracias por este fin de semana familiar!