Hoy día aún con cierta bruna, calima sahariano, pero con sol y buen tiempo, estamos en mi tierra.
Contamos con algunas bajas importantes, pero se incorporan nuevos compañeros a nuestra expedición.
Leímos que era necesario un permiso para hacer el emdero, pero tras preguntar en el Centro de visitantes Santa Rita, no era necesario. ¡Así que todo listo para comenzar!
Comenzamos en la aldea Las Lagunillas, nuestro GPS, aunque empeñado en perdernos, no hace que desistamos de nuestro empeño (David se encargará de tal fin). Continuamos con el coche hasta llegar a una valla, que nos prohíbe el paso( no escuchar a los que nos digan de avanzar en auto, habrá que retroceder... jejejeje).
El recorrido será lineal, de unos 9-10 km( aunque según Garmin, reloj, móvil.... tenemos diferentes contajes). Ruta exigente, con desnivel y una bajada difícil.
Pasamos el Cortijo Alto de Torres y continuos sendero.
El carril cruza el cauce del arroyo Cañatienda, que al final del recorrido cruzaremos con caudal. Aquí abandonamos el carril y nos dirigimos hacia las ruinas del Caserío de Cañatienda.
Desde aquí visualizamos la peña más alta y lejana que es el Morrión y la cima de la Tiñosa, que queda oculta atrás.
Tendremos dos caminos de subida, uno continuando sendero, y girar más adelante a la derecha por la arista, o bien otro más empinado, poco señalizado y directo a la cueva de Morrión.
Cómo no, elegimos el segundo....
Un camino empinado y abrupto, que vamos abriendo por los matorrales, ya que intentamos seguir un track, que es imposible seguir. De manera intuitiva, guiándonos por los matorrales aplastados, con muchas piedras sueltas, y con alguna indisposición, vamos alcanzando la Cueva del Morrión.
Este lugar nos deja un collado de unos 1200 m de altitud, muy cerca del puerto Mahína, que dejamos al oeste.
Cambiamos rumbo hacia el este, para la parte más delicada del sendero, con unos metros bastante verticales, que tendremos que ir con cuidado y parando lo necesario.
Salimos de la cueva , y continuamos dirrección noroeste, unos 800 metros veremos nuestro objetivo, el pico Tiñosa y su punto geodésico. Junto a éste, una caja metálica, con objetos de los montañeros que han coronado y un libro de firmas, donde dejamos las muestras.
Estamos a 1570m de altura, y orgullosos de haber llegado hasta aquí.
Ahora nos queda la temida bajada.
Tenemos varias posibilidades para bajar, seguir el track de Wikiloc, ir por la arista, cómo unos senderistas manchegos y coger una vía más larga y quizás más llevadera.
¿Cuál elegimos? Así es, la más larga, la menos señalizada, la que tenía más piedras, grandes, pequeñas, gravilla y había que inventarse el camino. Había tramos que nos sabíamos por donde tirar, menos mal que nuestro equipo de avanzadilla y más pro, nos iban en cierta medida, indicando la mejor manera....que no la había.
Hubo amago de caídas múltiples, caídas regulares, caídas con estilo, pinchos en las manos, en los tobillos... Era una bajada infinita, que no acababa. ¡Menos mal que llevábamos bastones!
Coletillas salieron varias: David tira pa el coche, van a correr multas, Manolo nos vamos a acordar de tí, no corráis, ya no hago otra ruta, me duelen las rodillas...
Finalmente y entre momentos de esfuerzo por mantenernos en pie, llegamos abajo, cruzamos el cauce del río Cañatienda. Pasamos una zona de paneles de abejas y ya visualizamos los coches, nuestro punto final de ruta.
No faltaron las risas, las carcajadas, el compañerismo, la comida....
Cuando llegamos al coche, se nos olvidó el esfuerzo de la ruta y ya estábamos planificando nuestro siguiente pico...con las cervezas final de ruta y el café de Manolo! Cómo debe ser!!!
¡Por muy alta que sea la montaña, siempre hay un camino hacia la cima!
¡Nos vemos en las montañas!
¡¡Graciasssss!!